sábado, 16 de febrero de 2013

Los pequeños gestos

Tengo que reconocer que después de leer a Jim Merkel, se nos abre la disyuntiva de irnos a vivir a la copa de un árbol.
 
Creo que la mayoría de la gente no pasa a la acción precisamente porque la labor a emprender parece  tan inalcanzable, que nos suponemos incapaces de darle siquiera algo de forma. Sin embargo, siempre repito que es necesario que los objetivos empiecen siendo pequeños, para que, pasito a pasito, entre todos, podamos lograr algo. Siempre, siempre reivindico el valor de los gestos pequeños. Si, esos gestos que la mayoría de la gente te dice: "bah..., total para eso....." Y claro, como la actitud contraria es que no cambiamos un sofá de sitio porque habría que empezar por remodelar el tejado, aquí nadie se mueve.
 
Insisto, los pequeños gestos son fundamentales, porque son alcanzables por la mayoría, y de esta forma acabarán siendo generales.
¿Qué quiero decir?
Después de leer a Jim Merkel, no voy a vender el coche, probablemente porque lo necesito para trabajar, pero hay infinidad de cosas que puedo cambiar en mi rutina diaria que ayudará a que mi huella ecológica sea menor:

En casa hacemos los yogures, y compro la leche en una pequeña tienda, no en una gran superficie: ahorro el petróleo que se gasta en elaborar los recipientes y en trasportarlos y en envasarlos, en fin.
Además, hacemos bizcochos, galletas, membrillo, mermeladas, con lo cual lo anterior también nos sirve.
No voy a decir nada, no hace falta, del valor pedagógico que ésto tiene para los niños, muchos de los cuales creen que los pollos nacen asados.
 
De la misma forma, prácticamente nada de lo que comemos es precocinado, con lo cual, defendemos el menu de "cuchara", por que es tradicional, nutritivo, y económico. Y se puede hacer en la olla a presión (si, si, hay que pensar en ahorrar tiempo, que todos trabajamos).
Un simple cocido, que se hace  solo en la olla, (garbanzos, patata, cebolla, repollo, zanahoria, morcillo, gallina y nada mas)además de solucionar la comida de ese día y otro mas, pues haremos mas cantidad, consiste en verduras compradas en la tienda, así ayudamos a que una familia subsista, que el empresario del gran supermercado ya tiene bastante, las legumbres intentaremos que sean del lugar, o del mas cercano posible, y si estamos por consumir poca carne, con una cantidad infima, lograremos un plato mas que aceptable. Así, hemos ahorrado el transporte de verduras desde años luz de distancia, las legumbres, ni te cuento (la mayoría de ellas vienen de sudamérica), y la carne, comprada en la carnicería, aunque sea poca, prefiero que el beneficio se lo lleve mi vecino.
Luego, de lo que hablábamos antes, si ademas de intentar gastar poca agua, poca luz (las velas son un buen invento para algunos momentos), intentamos que cada cosa por pequeña que sea esté encaminada a ahorrar petróleo, distancias etc etc, ya estaremos haciendo algo muy importante.
 
Para el que disfrute con las estadísticas, Bárbara Kingsolver, en su libro Animal, Vegetal, Milagro, hace un escueto estudio del ahorro para el planeta que supone que cada habitante consuma al año sólo 6 tomates cultivados por él. Al final las cifras marean, y sin embargo, hemos empezado por 6 tomates.
Animo.

1 comentario:

  1. Os dejo aquí este enlace asociado a la página de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente:
    http://www.emprenderparaconservar.com/
    Saludos

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